Hay imágenes fijas, fotografías que guardan tras ellas toda una historia. Hay veces que podríamos decir que incluso todo un mundo lleno de ellas. Imágenes que nos sugieren universos, que nos sugieren vidas. Imágenes que ponen a funcionar nuestra memoria, nuestros deseos, nuestros sentimientos, nuestra imaginación… Y nos dan pie a crear, a dar forma y contenido a esas historias a través de otras maneras de expresión como la literatura, la pintura, la escultura,… o el cine. Todas esas formas artísticas son las que este año se dan cita en este nuevo y exitoso Festival de Cine de Astorga, que ya va por su decimocuarta edición, y en la que la exposición fotográfica “Memoria de un instante” supone un magnífico complemento que viene a demostrarnos como los caminos del arte confluyen, a menudo, en el mismo punto.
Observando las magníficas fotografías que componen esta muestra, con un título tan sugerente como el que ostenta, me reafirmo en la idea de que fotografía y cine van íntimamente ligadas, al igual que puede irlo – y de hecho lo hace – cine y literatura, o cine y teatro. Tal como Luis Miguel Alonso Guadalupe, el director del certamen de cortos, ha tenido el acierto de insinuarnos a través de la programación de este año, y que ha aglutinado bajo la idea que conforma el eje central del Curso de Verano de la Universidad de León que también la complementa, “Del papel a la imagen”.
Ahora, al ponernos frente a las magníficas fotografías que nos muestran la visión de quienes las captaron de una realidad que nos rodea, a veces sin llegar a verla, tenemos la oportunidad de trascender más allá de los momentos, de los instantes que cada una de ellas recogen, e imaginar las historias, reales o ficticias, que se esconden tras cada pedazo de papel que las soportan.
¡Quién sabe! Es posible que en algunas descubramos retazos de nuestra propia vida, o la huella de esa película que un día vimos o que, tal vez, podamos descubrir en Astorga en este septiembre de cine que nos espera.
La fotografía es una forma de arte, de expresión, que nos permite acercarnos a la realidad con la visión propia, personal, de quien la realiza y con la que no siempre coincidimos, pero que nos aproxima a realidades distintas. Porque el mundo transcurre con una multiplicidad de perspectivas que son las que le dan su riqueza y su interés.
Fotografía y cine. Teatro y cine. Literatura y cine... Una realidad artística en la que el Festival de Astorga nos envolverá este año con la complicidad de quienes se han mostrado tan favorables a traer hasta nuestra ciudad todas estas formas de expresión.
No olvidemos la visita a esta exposición. Transitemos con calma por estos 20 años de instantes, deslicémonos del color al blanco y negro, perdámonos en el gesto adusto, en la sonrisa, en los ojos de quienes nos observan desde las paredes mientras son observados, perdámonos en su alegría, en su tristeza…, en la fuerza invisible de los objetos y las escenas, para dejarnos llevar hacia otras realidades y, desde ellas, construir la nuestra propia. Más limpia, más humana, más esperanzadora…, como la que seguramente espera la niña del cartel que nos anuncia esta muestra, desde la profundidad y la emoción de su sonrisa.
Mercedes Glez. Rojo
(Concejala de Cultura)
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