BIENVENIDA AL BLOG

Va a ser este un blog dedicado por mí a otros contenidos. Comienzo con él mi fase más pública, una participación en el mundo de la política que hasta a mí me ha resultado sorpresiva, pero que en el fondo no deja de ser más que una respuesta a ese lado más social que desde siempre he demostrado a lo largo de mi trabajo. Recién llegada al mundo de la política municipal, he de confesar mi ilusión por seguir trabajando por la ciudad que me vio nacer de una manera mucho más intensa de lo que lo he hecho durante todos estos años a través de las actividades que he ido desarrollando a lo largo de mi vida profesional.
Es diferente ver la vida desde este lado, pero también enriquecedor, a pesar de todas las dificultades con las que sé me voy a encontrar en este nuevo recorrido.
Mi decisión, trabajar por y para mi ciudad, está teniendo muy buena acogida en el amplio entorno en el que me muevo, y espero que el fruto comience a verse enseguida, junto al conseguido por el esfuerzo del resto de mis compañer@s.
Son muchas las responsabilidades que me han correspondido, pero todas directamente relacionadas. Por eso, aunque ya llevaba más de un año con el blog de "igualdad" que voy a seguir manteniendo, he decidido abrir este otro que dé cobertura al resto de áreas que van a ser de mi competencia.
Espero que resulte de interés para la ciudanía de Astorga y sus pedanías, porque a todas ellas deseo extender mis desvelos.
Gracias por vuestra visita y también, si las hubiera, por vuestras sugerencias en torno a mi trabajo.

miércoles, 31 de agosto de 2011

GABRIEL FRANCO. Una reflexión sobre el personaje. (Publicado en el Faro Astorgano)

GABRIEL FRANCO, otro ejemplo de superación para el futuro.

Me piden que, como concejala de cultura, escriba unas líneas sobre la figura de Gabriel Franco, quien, en la tarde del miércoles día 17 pasó a tener su lugar de honor (tanto tiempo prometido, tanto tiempo esperado) junto al resto de personajes que, desde el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Astorga, nos hablan de esos insignes astorganos, de nacimiento o de adopción, que pasearon el nombre de la ciudad por España y por el mundo.
Ha sido este un necesario homenaje. Porque, independientemente de las ideas políticas de cada cual “de bien nacidos es ser agradecidos”. Y así debería sentirse toda la ciudadanía astorgana ante personas de este calibre, que llegaron a la más alta representación de un país. Claro que, si seguimos en clave refranera, también dice el refrán que “nadie es profeta en su tierra”, y quizá sea este el motivo de que se conozca tan poco – si no nada – de un personaje como Gabriel Franco que, habiendo nacido en la también entonces pequeña ciudad de Astorga, llegó a ser nada menos que Ministro de Hacienda del decimoséptimo al decimonoveno gobierno de la República, bajo la presidencia de Manuel Azaña. Un breve tiempo en una etapa muy convulsa políticamente que, tal vez por el grado de compromiso que implicaba, hay que valorar aún más, más allá de la inclinación política en la que postulaba. Volviendo a nuestra ciudad hay que hacer hincapié en el hecho de que aunque fuera, y aún lo sea, pequeña en tamaño y población, no lo ha sido nunca en importancia histórica. Ni en aquellos lejanos años en que se convirtió en una de las principales ciudades romanas de la Hispania (tal y como atestiguan los restos que nos rodean), ni en la historia más cercana o en esos tiempos más próximos – a caballo entre el final del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX – en los que fueron tres los astorganos que (incluido Gabriel Franco) nos representaron con ministros en diversos gobiernos.
Gabriel Franco forma parte de esa pequeña élite que ha paseado el nombre de Astorga por el mundo. Y para los astorganos y astorganas de hoy debería ser un orgullo que nuestra ciudad haya dado personajes no solo de la categoría profesional de éste, sino también de su categoría moral, como el mismo Ricardo Gullón reconoció  hablando de él tras su encuentro en el exilio de Puerto Rico. A la sociedad astorgana de hoy nos toca mirar un poco más allá de las ideas personales y reconocer, orgullosos, como esa madre que un día acoge de nuevo entre sus brazos al hijo que alejó de ella por no querer seguir el camino para él imaginado, para celebrar con él los éxitos alcanzados aunque no hayan sido los deseados por ella.
Y es que la grandeza de un pueblo, también la de las personas, está en valorar los méritos de quien están ligados a ella, independientemente de ideologías y creencias, que pueden o no coincidir. Y el miércoles 17, muchas personas de esta ciudad, de diferentes ideologías y condición, así nos lo hicieron sentir al acompañar, con un Salón de Plenos a rebosar, el recuerdo de Gabriel Franco, setenta y cinco años después de su nombramiento como ministro y su declaración de “hijo predilecto” de la ciudad, circunstancia que quedó en suspenso por causas de sobra conocidas por la mayoría.
Hoy, su recuerdo permanece ya fijado para siempre junto a otros doctos representantes de nuestra historia, escritos también con mayúscula en la Historia grande de España y como ejemplo de esfuerzo y superación para hombres y mujeres de las generaciones venideras que esperamos paseen en elevado número (como ya lo están haciendo muchos) el nombre de Astorga por todos los rincones del mundo.

Mercedes Glez. Rojo
Concejala de Cultura.

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