El poeta Rafael Saravia nos visitó el día 14 de julio. Durante la tarde de dicho jueves, sus versos llenaron el espacion de la Ergástula y su poesía fue el bálsamo que durante casi una hora nos transportó a otras realidades, a otras vidas, a otros sentimientos.
Mi agradecimiento a Rafa por haber querido acompañarnos en estas tardes poéticas y a cuántas personas acudieron a prestarnos su compañía y sus oídos.
TARDES DE MÚSICA Y VERSOS. II
PRESENTACIÓN DE “LLORAR LO ALEGRE”, DE RAFAEL SARAVIA.
(Lectura del poema nº XII – pág. 39 – de “Desprovisto de esencias”)
Este es el poema nº 12 del libro de poesía de Rafael Saravia “Desprovisto de esencias”, poema numerado que intercala con otros escritos a modo de cartas entre distintos personajes de la literatura, el arte, el pensamiento o la vida. He querido dar lectura a este poema de Rafa, querido amigo, poeta y fotógrafo, siempre dispuesto a acompañarnos con sus versos, para comenzar esta nueva sesión de “Tardes de música y versos” haciendo mía la invitación que dejó en sus palabras, traspasando esa casa de la que él habla a este recinto lleno de historia y de magia que se viste los jueves de la gracia de vuestra presencia.
Es Rafael Saravia un personaje lleno de contrastes, como los que nos mostró en su momento, hace casi dos años, a través de una magnífica exposición de fotografías de la India. Una de ellas permanece colgada en el departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento. La imagen de una mujer hindú, revestida con un hermoso sari de cálidos colores anaranjados, reposa su mirada perdida en el horizonte, aposentado su cuerpo en el marco de unas piedras seguramente tan antiguas como las que hoy nos acogen. Pasado y presente unidos en la poética de una fotografía que nos habla, sin duda, de sueños, de esperanzas.
Porque así es Rafa, un poeta fotógrafo o un fotógrafo poeta que va por la vida aprehendiendo instantes de la misma, para transformarlos en versos, en poéticas historias que nos llegan desde la invadida blancura de las páginas del libro en el que las palabras se fijan como huellas de una vida.
Hoy, Rafael Saravia vuelve a acompañarnos con una velada que él ha querido titular “Llorar lo alegre”, como su último libro de versos publicado. Unos versos que llevan en ellos la música, la cadencia de las palabras que se van entrelazando en torno a sentimientos, vivencias, pensamientos,…, para transportarnos a mundos a veces muy próximos para quien los escucha o los lee, a veces lejanos, incluso extraños.
En esta tarde que ahora se abre a la poesía, no quiero entretenerme hablando del poeta más allá de las breves pinceladas esbozadas. Prefiero que sea él, que sean sus palabras, sus versos, sus poemas los que hablen. Y para darle pie a su lectura, permitidme la osadía de hacerlo leyendo uno de sus textos que más recuerdo de estos años y que enlaza perfectamente la poesía y la música, la música y la poesía, ese que yo llamo “un poema para Román” y que en el mismo libro al que hice alusión al comienzo de mi intervención se recoge en el libro “Desprovisto de esencias” como poema XVII.
(pág. 53)
Mercedes G. Rojo
14 de julio de 2011
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